El Puma es denominado león de montaña por su parecido con las hembras de los leones africanos. El nombre Puma proviene del lenguaje Quechua del Perú (Guggisberg 1975e) y también recibe otros nombres como: león colorado (Amazonía, Orinoquía, Chocó, Antioquia y Costa Atlántica), leoncillo, león campa o camba (provincia de Vélez, Santander) y tigre colorado (Putumayo) (Jorgenson et al. 2006b).
El puma posee un pelaje claro y uniforme (del latín concolor). Según su distribución geográfica puede presentar una gran variedad de coloraciones, desde el pardo amarillento a rubio y rojizo, pasando por colores plateado claro y gris. Su pelaje, en general, es corto y no muy grueso, siendo en algunos casos un poco más oscuro en la región de la espalda. Presenta una coloración blanquecina en el pecho, vientre y en el lado interior de sus patas (Emmons & Feer 1997; Guggisberg 1975e). Su cabeza es pequeña con facciones faciales marcadas, sus ojos son de color verde-amarillento a café-amarillento (Seidensticker & Lumpkin 1991). Sus orejas son cortas y redondeadas de color gris a negro en el exterior. Las patas delanteras son más cortas que las patas traseras y las plantas de sus patas son relativamente grandes (Gonyea 1976).
Es el segundo félido más grande de América después del jaguar (Eisenberg 1989; Wong et al. 1999), algunos machos han llegado a pesar 120 kg (Banfield 1974). El peso promedio en los machos adultos varía de 60 a 100 kg y puede llegar a los 2 metros de longitud total. La longitud promedio de cabeza y cuerpo es de 1 a 1.5 metros, la altura al hombro es de 60 a 76 cm y la cola puede medir de 53 a 82 cm. La especie presenta dimorfismo sexual, siendo el macho de mayor talla y peso que la hembra (aproximadamente 15% de diferencia) (Cat Survival Trust 2002; Eisenberg 1989; Nowak 1999).